Cuando por primera vez vives solo, se genera un espacio de libertad absoluta, y tropiezas con una verdad irrefutable: mientras más libertad tienes, más responsable te vuelves (aunque parezca ilógico). Y es que se trata de un proceso que si bien al principio puede doler, puede traducirse en un momento maravilloso de tu vida. Lo principal es poder comprender que dispones de un espacio donde tú impones las reglas. Todas.
Acá no importa la personalidad; una persona desordenada comprenderá que la anarquía de la disposición de sus pertenencias son el orden perfecto. ADVERTENCIA: Si eres externo a su sistema, intenta no ordenar pues estarás destruyendo su sistema funcional de caos controlado.
Así que ya sabes, con una experiencia como esta no tendrás un nuevo depa, sino el reflejo de ti mismo en la más íntima expresión. En nuestra siguiente edición, generaremos un práctico manual para las personas que viven por primera vez de forma autónoma. ¿Quieres compartir tu experiencia? Déjanos un mensaje o comenta en la publicación de Facebook.
¡Bienvenidas todas las historias que nos puedan contar!